Ahí estaba ella, erguida y aparentemente segura de si misma, sobre el acantilado mirando la luna y escuchando la melodía de las olas al chocar.
- Y aquí estoy yo, mirándote a ti con adoración, cuando es por ti que un día al mes sea más salvaje, más sangrienta... cuando eres tú la que hace que aumente mi sed...- le dijo a la luna
Así se quedó un buen rato, en esa costa vacía, evitando al resto del mundo, para no cometer actos de los que después tuviese que arrepentirse. No sentía el fuerte viento, solo llegaba a notar su caricia y el como jugueteaba con sus cabellos color roble, hasta que oyó a lo lejos unos pasos, que en apenas unos minutos se pararían a su lado.
No era un humano... era él, notaba el frescor de su olor, su rapidez al andar
asemejandose al vuelo de un halcón, el cual era su nombre.
- ¿ no sientes la llamada
Jane?- le dijo sin alzar la voz
- si.. difícil no sentirla ¿no? creería ser una loca si no la sintiese- respondió sonriendo pero sin volverse hacia él
- si, yo también lo pensaría,
jajaja, ¿ y como es que estas aquí apartada de todos? ¿ no sientes el dolor de la garganta al acallar su sed?
-si, pero prefiero ese dolor durante una noche que el de los recuerdos toda la vida.-se volvió y sostuvo su mirada.
- somos vampiros, vivimos de esto, cuando antes te acostumbres mejor será para ti ...y para mi claro- respondió él mientras la arrimaba hacia si con su brazo- no me defraudes, se que en ti está la
vampira que yo vi al crearte.
- no te defraudaré Jefe- le susurró bajando la cabeza como signo de reverencia.
- ¿ cómo va mi encargo?
- ya lo hice, todo resultó como lo esperado, y las cintas de
vídeo inservibles.- respondió ella, evitando decirle el encuentro con su
ex-novio. Cerró los ojos, para evitar un poco el alud de recuerdos que la llegaban y la
entristecían.
- bien, sabía que podía confiar en ti. Ahora vallamos a tomar un aperitivo dulce.- y sonriendo desapareció entre el bosque.
Ella permaneció ahi apenas un segundo más... después se lanzó a la caza de su comida.